Cuando el amor se vuelva los pasos que te inspiran, las horas de entusiasmo dedicado a los proyectos de ensueños, la razón por la que lanzan chispas tus ojos y brilla tu sonrisa de placer... Cuando el amor se vuelva los abrazos cálidos, las manos unidas en proyectos colectivos de esperanza, las mentes al servicio de algo más que ellas mismas, cosiendo valores y experiencias... Cuando el amor se vuelve la comunión de andar sin sandalias por senderos invisibles de rocío matutino, en colchones verdes y sábanas en flor, respirado de pronto en la eternidad silenciosa, sin ayeres ni mañanas lejanos... Cuando el amor se vuelve una experiencia sublime, donde renazca a través de ti, y nos veamos con los ojos del alma y en reciprocidad eterna, hermano mío, usemos el amor como moneda para dar gracias, hombro para el descanso y llanto para sanar corazones rotos... Cuando el amor se vuelva alcanzar el nirvana en cada fogonazo de verano cuando se oculta el sol, detrás de nubes esponjosa de relámpagos y se anuncie la lluvia como oportunidad para vivir nuestro mar turbio, para disfrutar luego nuestro mar en calma... Cuando el amor se vuelva indiferente a los límites, y entre día y día florezca la tolerancia, y las diferencias sean como estadios de una misma agua: copo de nieve, llovizna, y niebla, la esencia única desdoblada... Cuando el amor se vuelve poesía y cante de boca en boca, la alegría de esta existencia, el universo inconmensurable atravesándonos a todos sea consciente de sí mismo, como partículas infinitas unidas a la vez... Cuando el amor se vuelva la piedra angular del mundo... habrá entendido el hombre a qué he venido, y entonces, al olvido, me podré esfumar llena de placer.
Febrero 2019
