Soy tu lucecita guía

en el viaje a la expresión de

tu alma

¡Aloha! YoSoy Mariana, Mentora de creatividad cíclica femenina, Instructora de Hatha Yoga, guía de meditación, facilitadora de círculo de mujeres, escritora, danzarina, apasionada del crecimiento personal, co-creadora de experiencias de consciencia, y un alma creativa enamorada de la vida.

Sobre mi

MI MISIÓN...

... es ayudarte a iluminar el camino a conectar con tu escencia, tu poder interior y tus suenos a través de la sanación con la espiritualidad, la naturaleza, la expresión y el habitar el cuerpo con libertad, consciencia y amor.

Estoy aquí, querida alma libre, sensible y soñadora que sientes que has perdido tu brillo, para acompañarte a reconectar con tu alma, tu voz interior y manifestar tu creatividad, y así reencontrarte con la ilusión de vivir, expandir y transformar tu vida.

Creo que una vida llena de plenitud, vitalidad, bienestar, y conexion es posible, y está al alcance de todas.

Pero ese camino puede no ser fácil, lo sé porque yo misma lo he transitado. Y a pesar de que cada camino es único y singular para cada persona, hoy quiero abrirte mi corazón e inspirarte con mi historia...

Para que sepas que no estás sola, ni eres la única que te sientes así.

Porque cualquier camino transitado en compañía es menos agobiante y doloroso, si sabes que hay alguien que te comprende y está allí para apoyarte.

Porque todas somos UNA y mi historia también puede ser un poco tu historia.

Y porque aprendí que luego de cada tempestad de la vida, podremos rebotar como una versión mucho más poderosa, luminosa y expansiva de nosotras mismas.

Sólo si estamos dispuestas a aventurarnos en los pasillos oscuros, usando nuestra posesión más preciosa: el amor.

Suena bonito decir que voy a ser tu mentora, que voy a decirte qué tienes que hacer, pero no es verdad, yo simplemente vengo aquí a compartir contigo mi camino, porque no sé cuál es el tuyo. Creo de que cada uno debe encontrar el camino personal.

Si lo hiciera, iría en contra de mí misma, porque sé que nadie es capaz de decirte qué es lo perfecto para tí, excepto tú misma, eso sería atentar contra tu propia libertad y tu capacidad creativa para moldear tu propia vida.

Mi deseo es poder ser tu lucecita guía, ser quien facilite tus pasos, coloque las maravillas que he descubierto del mundo ante ti y te inspire, que te emociones y quieras ir tras ellas y las quieras probar conmigo.

Pero será tu voluntad y tu propia energía las que te lleven hasta allí.

«Cada camino es uno entre un millón. Por ende, no hay que olvidar que un camino no es más que eso. Si piensas que no debes seguirlo, no te quedes en él bajo ninguna circunstancia. Un camino no es más que un camino. Que lo abandones cuando tu corazón así lo indique, no significa que ningún desaire a ti mismo ni a los demás. Pero tu decisión de seguir esa senda o apartarte de ella no debe ser producto del temor ni la ambición. Te advierto: examina cada camino atentamente. Pruébalo tantas veces como sea necesario. Luego hazte esta pregunta: ¿tiene corazon ese camino? (...) Si ese camino tiene corazón, entonces es bueno. De lo contrario, no te servirá de nada.»

—Castaneda. Las enseñanzas de Don Juan

o mi camino

MI HISTORIA

El despertar espiritual es la posibilidad de regresar a casa, a nosotras mismas. Es la oportunidad de re-encontrarnos, recordar la divinidad que habita en nosotros.

Y suele suceder a partir de los momentos más difíciles de nuestra vida. Y mi caso no fue la excepción.

Mi reencuentro con mi escencia, fue catalizada a partir de una profunda crisis vital que llegó para revolucionar mi existencia.

Creo que la mayoría de las veces es en los callejones oscuros del dolor y la soledad de nuestro interior donde descubrimos nuestra luz propia.

Porque como dice Jung:

«No es posible despertar a la consciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino por hacer consciente la oscuridad».

Me sentía perdida. Atravesaba una profunda crisis existencial, no entendía cuál era el significado de mi vida, estaba en un punto en que nada parecía llenarme, sentía que estaba estudiando una carrera que no me completaba. Mi vida estaba carente de disfrute, no me entusiasmaba. Pasaba horas y horas durmiendo en plena apatía de todo, abatida por el desánimo, exhausta por el estudio y el trabajo.

Atravesaba una angustia existencial, sentía que nada tenía sentido, que todo se desmoronaba pero que “debía seguir aguantando” mandatos sociales que había elegido cargar, aunque una parte de mi estaba completamente exhausta y me llamaba a gritos que me detuviera.

Me sentía desconectada de mi fe, de mi misma, de DIOS, de mi espiritualidad. Perdida y sola. Y no tenía claro lo que me sucedía, solo lloraba y no quería comunicar a nadie lo que me pasaba. ¿Quién podría entenderme si no lo sentía también? Quería dejarlo todo e irme. Huir. ¿Pero de mí misma?

Sabía que quería cambiar algo, pero no tenía ideas ni fuerzas para ver por dónde empezar.

Lo único aparentemente bien de mi vida era mi relación de pareja. Y de pronto ocurrió el detonante: la separación. El ancla, la vela, lo único que aparentemente estaba bien y me mantenía a flote se esfumó de entre mis manos. Y ya no tenía a qué aferrarme o sostenerme, solo estaba yo.

Cuando tocas fondo, no queda otra alternativa que comenzar a subir, y así fue…

Y fue posible, porque en mí, habitaba un profundo anhelo de conectar con mi yo interna, recordar quién era, abandonar el personaje que había construido y que me costaba y frustraba mantener, cambiar el rumbo de mi vida, recordarme antes de la relación (quién era, qué quería, qué deseaba), reconstruirme, vivir el duelo y atravesar el dolor, dejar de ir con la corriente social, ser honesta conmigo misma...

¿Te reconoces?

Si tu respuesta es sí, ¡el Universo te ha llevado hasta allí (o traído hasta aquí), querida alma amiga, para transformarte!

Como siempre, la luz

adquiere sentido en plena oscuridad...

Transitar el camino de sanación y redescubrimiento de mí misma me llevó a:

• explorar partes que creía inexistentes,
• cultivar el amor propio y mi autoestima,
• abrazar mis sombras,
• aceptar, escuchar y honrar plenamente mi templo sagrado: mi cuerpo,

• reconectarme con mi ciclicidad y mi mujer salvaje,
• encontrar mi propia voz,
• reconocer el poder de la vulnerabilidad,
• aprender a confiar,
• fluir con la vida,
• soltar mis máscaras, para ser genuina y auténtica,
• conectar con mi propio pilar de sostén y fortaleza interior, y dejar de entregar mi poder personal,
• dejar ir, desapegarme de lo que ya no era para mí y amar más de lo que me creía capaz,
• reconocer mi dimensión espiritual,

• merecer hacer pausa, respetar mi sentir y mi libertad de escoger, darme el permiso de cambiar de reinventarme tanto como necesite,
• permitirme ser humana, sin ser perfecta,

• llenar de fe y recuperar mi luz.

Y todo esto le aportó mayor ligereza a mi vida, me llenó de oportunidades y nuevos escenarios vitales mucho más grandiosos, mis relaciones florecieron y se marchitaron aquellas que ya no tenían nada más por ofrecer. Perdoné a otros y me perdoné a mi. Aprendí que dependía de mí ser feliz y esa felicidad no puede venir de nada externo porque no será completa ni duradera. Me empoderé, me volví capaz de gestionar los altibajos de la vida y regresar siempre a mi centro, encontré un propósito mayor, me abrí a mi potencial creativo y expresivo, recobré la energía, la vitalidad y la pasión por vivir.

Y sobre todo a darme cuenta que somos sostenidos en todo momento por la fuente divina.

Y me detengo aquí, no quiero seguir enumerando, porque después de todo, reencontrar tu Ser se trata más de algo que sientes, vibras y emites, que de algo capaz de definirse y limitarse con palabras.

Y esto quizás lo vuelva ambiguo ¿cómo lo mido? ¿Cómo sé si he llegado a mi meta? ¡Esto suena muy vago y poético!

Quizás...

pero tú también puedes y sé que lo sentirás y te darás cuenta cuando estés allí.

Y quiero decirte un secreto: este no es cualquier camino, ¡es un viaje para valientes! Porque debes llevar por bandera la honestidad contigo misma, para encontrar realmente TU VERDAD.

Tienes que estar dispuesta a soltar muchas capas que creías que eras, para realmente Ser quien eres.

Pero la recompensa más maravillosa, es que una vez iniciado, no hay marcha atrás y tu percepción de la vida se vuelve MILAGROSA...

En este renacer revelador, encontré un montón de herramientas que me ayudaron...

...que unidas a mis dones y talentos naturales...

...se fueron poco a poco convirtiendo en un diamante precioso,

que hoy deseo compartir contigo.

Descubrí que en mí habitaba una Arqueologa de Suenos,

Experta en explorar y develar los Secretos Ocultos del interior,

una Jardinera del Alma...

«Si eres una persona con talento, no significa que hayas recibido algo.
Quiere decir que puedes dar algo.» —Jung

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